Silvia encuentra la inspiración para sus perfumes de diseño en sus jardines, donde los olores forman parte integrante de toda la experiencia del jardín: Las esencias de Giardini di Toscana evocan recuerdos, desde la infancia hasta momentos intrigantes, desde la hipnosis de las flores hasta las galletas de la abuela, desde los lápices del colegio hasta los cítricos energizantes, desde la maleza intangible hasta el almizcle intenso.
Embriagarse con las fragancias de su jardín durante el día y la noche representa una experiencia única para sus sentidos y su espíritu. En la Toscana, el jardín es un lugar de encuentro entre la arquitectura y la naturaleza, la relación entre la obra humana y la tierra es el resultado de un entendimiento afectuoso con sabor poético. Este es el lugar donde, en 1942, comenzó la historia de un viaje olfativo entre las fragancias de la perfumería más auténtica.
En un pintoresco pueblo medieval del Valle del Casentino, en el corazón de la Toscana, los abuelos Giovan Piero y Emma Ducci abrieron una bottega (pequeña tienda), que se convirtió en la Perfumería, donde aún se puede encontrar el recetario que el abuelo escribió sobre su experiencia como farmacéutico, que luego evolucionó hacia la creación de fragancias y ungüentos.
A principios de los años 60, el negocio continuó con su hija Irma que, gracias a su estilo, convirtió el negocio original en una tienda prestigiosa y elegante.
Allí nació Silvia, la creadora-compositora de los perfumes de diseño de Giardini di Toscana, una línea concebida como la combinación de artesanía e innovación, mediante el uso de las materias primas más refinadas, que se procesan utilizando técnicas antiguas y fascinantes.