A principios del siglo XVIII, la familia de origen italiano, Farina, quiso elaborar una agua perfumada y fresca para uso cotidiano de gente común, en contraposición con los densos perfumes franceses de la época. Partieron de una fragancia muy fresca basada en aceites esenciales de cítricos, bergamota, hierbas, disueltos en etanol. Es más ligera al olfato y leve, por lo que tiene una menor duración sobre la piel.
Se dice que el Eau de Toilette o "Agua de baño" fue creada ante la poca higiene y el rechazo al agua y baño, por parte de los nobles franceses de aquella época. Por este motivo empezaron a sustituir la ducha por la aplicación de el perfume de tipo Eau de toilette.