Desde que Carolina Herrera fundó su firma homónima en 1981, gracias al impulso y al apoyo de la legendaria editora Diana Vreeland, la firma ha triunfado por el carácter sofisticado sin complicaciones sello icónico de la fundadora, que refleja la elegancia de América.
Los perfumes Carolina Herrera, al igual que el resto de creaciones, demuestran una elegancia atemporal y natural y una sensibilidad digna de la alta costura. Son “el accesorio invisible”, según su memorable definición.