El amor de Marcel Rochas por el perfume era algo innato e inmenso. Una vez Marcel Rochas dijo: “Se debe de sentir el aroma de una mujer antes incluso que de verla a ella misma”. Quiso reflejar en todas sus creaciones el embriagador magnetismo de la ciudad de París y la libertad con la que las mujeres parisinas disfrutaban de la vida.